REVOLUCIONES TECNOLÓGICAS


Primera revolución: La imprenta

Los orígenes de la imprenta se remontan a China, entre los siglos V y IX d de C, a través de planchas de madera. Se tallaba el texto sobre una madera y se trabajaba cada página como un sello. Una vez que la madera tenía toda la información, se untaba con tinta y se prensaba. Este procedimiento era, obviamente muy largo y costoso (había que tallar tantas maderas como páginas a editar). En el siglo XI, los chinos comenzaron a imprimir con caracteres independientes, también elaborados en madera. Cada letra o carácter era como un sello individual. Se ordenaban los sellos según el orden de cada, sobre un bastidor. Luego de imprimir esa página, se levantaban los caracteres y se los volvía a utilizar en otras hojas. Así se aceleraba el proceso de impresión.

La invención de la imprenta en Occidente se adjudica a Johannes Gutemberg (Alemania) Fue él quien aproximadamente entre 1450 y 1455 editó por primera vez la Biblia de 42 líneas, impresa a través de caracteres móviles. A diferencia de los chinos, Gutemberg imprime con caracteres móviles de metal.

Hasta ese momento, el libro era una obra única, irrepetible: el libro manuscrito (escrito o copiado a mano) Incluso la encuadernación artesanal de sus tapas contaba con artísticas decoraciones de orfebrería.

En la antigüedad las tapas tenían diseños en oro y piedras preciosas, tapas de marfil, seda y terciopelo. El objeto-libro (más allá de su contenido) era una auténtica obra de arte. Ya a fines de la Edad Media, en épocas de Gutemberg, se había propagado el encuadernado en cuero, de un costo menor. Podríamos decir que había tantas enunciaciones como ejemplares de libros. Cada ejemplar de un mismo libro tenía algo personal, guardaba las huellas de un artesano que, al transcribir, interpretaba a su modo el original y lo reescribía con un estilo propio.

Una característica unida al libro desde sus comienzos fue la de la inclusión en él de imágenes, que servían, en algunos casos, como apoyo o explicación del texto, pero que, en otros, tenían una finalidad puramente estética. En efecto, en muchas ocasiones, el escriba que copiaba a mano los libros incluía adornos o ilustraciones que servían para separar distintas partes, secciones o capítulos del texto o para embellecer o amenizar su lectura. Posteriormente, con la introducción del grabado a partir de planchas de metal o madera, muchos autores, añadieron ilustraciones a sus libros, imágenes que se convirtieron en algo más que meras extensiones del texto.

La imprenta logra producir varios ejemplares iguales en un mismo proceso de enunciación. Por eso la imprenta es un recurso repetidor. Reproduce, copia, difunde un texto sin alteraciones. La imprenta confirmó y amplió la abstracción visual del lenguaje que había aparecido con la escritura, porque permitió que cada persona se conectara directamente con el mensaje. Antes de la imprenta, los pocos ejemplares elaborados a mano, permanecían en sitios privilegiados. No había posibilidad de que la gente conservara el ejemplar, para releerlo, retomarlo, manejarlo, marcarlo, etc. Con la imprenta, permitía que la gente lo leyera en la intimidad y en forma aislada.

La imprenta es un recurso uniformemente repetible. Pero además, proporcionó la primera “mercancía” en comunicación, o la primera producción en masa. La cantidad de ejemplares que podían producirse se multiplicó. Es cierto que no se trata de los millones de espectadores que consumen hoy cualquier mensaje masivo. Pero para la conformación social de ese momento, el libro dejó de ser propiedad de unos poquísimos nobles y académicos y comenzó a difundirse entre la clase comercial y burguesa.

También se modificó la recepción. Antes de la imprenta, había pocos ejemplares de libros, porque era larga y costosa la reproducción. La gente debía reunirse en torno de un lector o vocero y escuchar junto a otros la información. Pero la información estaba afuera, en otra parte, en los lugares públicos, en la voz de una persona y en presencia de otros.

Juglares, Ministriles y Trovadores

Antes de la imprenta, desde épocas muy remotas, las noticias sociales, en especial las gestas y hazañas de los héroes nacionales circulaban en forma de narraciones poéticas cantadas y eran difundidas de ciudad en ciudad a través de los Juglares. Estos personajes se relacionaban con otros artistas callejeros como adivinos, actores y acróbatas. Con mayor prestigio social se encontraban los Ministriles, especies de ministros encargados de componer un acompañamiento musical de los relatos de los juglares, ya que la única difusión de la poesía y las noticias se hacía a través del canto.

Los trovadores (trovar = inventar, hallar encontrar)inventores de relatos, aparecieron recién a fines del siglo XI y se extendieron en el sur de Francia, el norte de España e Italia allí donde era entendible la lengua provenzal con la que se expresaban. Eran poetas compositores líricos (en este caso autores de letra y música a la vez) y han influido sobre la literatura posterior de casi toda Europa, en especial por su repertorio amoroso y su elogio a un ideal de mujer. Al igual que los periodistas, los trovadores proponían modelos sociales respetable, elogiaban a los príncipes, el orgullo nacional, incitaban en verso a las cruzadas y tomaban partido en las disputas políticas. Algunos trovadores componían sus poemas cantados pero se servían de Juglares para la interpretación de los mismos, tanto en la voz como en el acompañamiento instrumental. Luego, si un Juglar había aprendido el arte de componer y tenía genio creativo, podía elevarse al rango de Trovador.

Condiciones de la aparición de la imprenta.

Si un invento como el de la imprenta apareció en esta época y no en otra anterior no se debió en absoluto a una casualidad, sino a una serie de circunstancias que favorecieron e hicieron posible su descubrimiento. Estas circunstancias fueron:

a) Aumento de la demanda del libro gracias a una mayor alfabetización de la población, al papel de las universidades y centros de estudios, a las inquietudes religiosas de la época y a la curiosidad e interés por la investigación del hombre renacentista.

b) Incremento del poder adquisitivo de los europeos, que se beneficiaban de las nuevas rutas comerciales abiertas y en plena expansión. La imprenta también se beneficiaría de las rutas comerciales europeas para su difusión por todo el continente.

c) Avances en los conocimientos sobre metales y sus aleaciones, que permitieron encontrar las fórmulas adecuadas para la fabricación de punzones y matrices, así como las tintas capaces de imprimir sin engrasar el papel o traspasarlo.

d) Aparición de la industria del papel, que comienza a vencer al pergamino desde 1350. El pergamino era muy grueso para poder ser utilizado con facilidad por las prensas y no era lo suficientemente plano para que la impresión se hiciera bien. Por otra parte, al multiplicarse vertiginosamente el número de libros se habría llegado en poco tiempo a la extinción de las especies que abastecían el mercado de pergaminos.

e) Cambio en la mentalidad del hombre, en el concepto de ciencia, que se hace más amplio y experimental y en los métodos de trabajo que ahora permiten el ensayo y la experimentación en busca de nuevas metas.

LA IMPRENTA GUARANÍTICA

“La aparición de la imprenta en el Río de la Plata es un caso singular en la historia de la tipografía después del invento de Gutemberg. No fue importada: fue una creación original. Nació o renació en medio de selvas vírgenes, como una Minerva indígena armada de todas sus piezas, con tipos de su fabricación, manejados por indios salvajes recientemente reducidos a la vida civilizada, con nuevos signos fonéticos de su invención, hablando una lengua desconocida en el viejo mundo, y un misterio envuelve su principio y su fin.

Es hoy un hecho comprobado que en las Misiones jesuíticas del Alto Uruguay y del Alto Paraná se iniciaron al finalizar el siglo XVII los primeros trabajos para plantear la imprenta, y que en los primeros años del siglo XVIII se comenzó a imprimir allí, en una tosca prensa construida con maderas de sus selvas vírgenes, con caracteres fundidos en ellas y en planchas de cobre grabadas a buril por los indios neófitos, salvajes domesticados por los padres de la Compañía de Jesús. Así lo atestiguan varios libros, profusamente ilustrados algunos de ellos, que tenemos a la vista, y que han permanecido por largo tiempo como jeroglíficos mudos de la tipografía americana -cuando no totalmente desconocidos- para los bibliógrafos de ambos mundos.”

En 1705 terminó y dio a luz la imprenta guaranítica su primer libro, que lleva el siguiente título, copiado a la letra de la edición original:

“DE LA DIFERENCIA ENTRE LO / TEMPORAL Y ETERNO / CRISOL DE DESENGAÑOS, CON LA ME- /MORIA DE LA ETERNIDAD, POSTRIMERÍAS HV- / MANAS Y PRINCIPALES MISTERIOS DIVINOS, por el / P. Ivan Eusebio Nieremberg /de la Compañía de JESUS / y traducido en lengua guarani / por el Padre / Joseph Serrano / de la misma Compañía / dedicado a la Magestad del Espíritu Sancto. / Con licencia del Ecelentissimo Señor D. Melchor Lasso de la Ve- /ga Porto Garrero, Virey, Governador, y Capitán General del Peru / Impreso en las Doctrinas. AÑO DE M. D. CC. V.

A pesar de los monumentos tipográficos que atestiguan la existencia de la imprenta en las misiones jesuíticas del Paraná y del Uruguay, desde el comienzo del siglo XVII, ella era no solamente ignorada por el mundo bibliográfico, siglo y medio después de su establecimiento, sino que algunos la negaban o la consideraban como un hecho aislado y clandestino; y hasta las mismas autoridades españolas, en 1784, diecisiete años después del extrañamiento de la Compañía de sus dominios, parecían ponerlo en duda, o por lo menos, no tenían plena conciencia de él.”

Faltaba la prueba material de existencia de la imprenta misma, que sólo podía darla el hallazgo de sus primitivos materiales. Ésta la suministra, y acabada, una carta encontrada entre los papeles del administrador temporal de las Misiones después de la extinción de los jesuitas, la que original existe en nuestro archivo, y dice así:

"Muy señor mío: A la de Vd. de 28 noviembre último, sobre el encargue que hace a Vd. Su Excelencia de que solicite en el pueblo de Santa María la Mayor, u otros, si existiese o no algunos caracteres, muebles o utensilios, que aquí hubo en tiempo de los expatriados, digo: que habiéndome informado el Teniente Gobernador don Gonzalo de Doblas, me dize: que en el tiempo que permaneció en dicho pueblo de Santa María, tuvo ocasión de examinar, con todo cuidado y prolixidad, cuando allí hay, y que efectivamente hubo imprenta en aquel Pueblo de la que solo existen los fragmentos de la prensa, que era de madera muy mal construida y al presente hecha pedazos, y que en el almacén havía una corta cantidad de caracteres de estaño que ocuparían como medio celemín y como cosa de ningún valor ni provecho los iban gastando en remendar fuentes y platos de estaño. Con esta noticia he dado orden para que sí aun existen algunos de estos caracteres, me lo remitan, de lo que avisaré a Vd. para que lo comunique a Su Excelencia.
Nuestro Señor guarde a Vd. muchos años. Desta de Candelaria y Henero 16 de 1784. B. V. M. de Vd. su atento y seguro servidor: Francisco Piera. Sr. don Juan Angel Lazcano".

Los restos de la imprenta guaranítica, encontrados en Santa María la Mayor, existen actualmente en el Museo Nacional.


Rosario López de Prado en: http://www.portalplanetasedna.com.ar/la_imprenta.htm

“Imprenta papel y libros” en: http://www.educar.org/inventos/libro.asp

“Orígenes de la imprenta en Argentina” en: http://www.planetariogalilei.com.ar/ameghino/obras/mitre/imprenta.htm

Diccionario Oxford de la música de percy a scholes-Edhesa/Hermes/Sudamericana-Primera edición: Buenos Aires

“Teoría de la comunicación”, Gabriela Cicalese, la crujía, editorial Stella

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