REVOLUCIONES TECNOLÓGICAS


Primera revolución: La imprenta

Los orígenes de la imprenta se remontan a China, entre los siglos V y IX d de C, a través de planchas de madera. Se tallaba el texto sobre una madera y se trabajaba cada página como un sello. Una vez que la madera tenía toda la información, se untaba con tinta y se prensaba. Este procedimiento era, obviamente muy largo y costoso (había que tallar tantas maderas como páginas a editar). En el siglo XI, los chinos comenzaron a imprimir con caracteres independientes, también elaborados en madera. Cada letra o carácter era como un sello individual. Se ordenaban los sellos según el orden de cada, sobre un bastidor. Luego de imprimir esa página, se levantaban los caracteres y se los volvía a utilizar en otras hojas. Así se aceleraba el proceso de impresión.

La invención de la imprenta en Occidente se adjudica a Johannes Gutemberg (Alemania) Fue él quien aproximadamente entre 1450 y 1455 editó por primera vez la Biblia de 42 líneas, impresa a través de caracteres móviles. A diferencia de los chinos, Gutemberg imprime con caracteres móviles de metal.

Hasta ese momento, el libro era una obra única, irrepetible: el libro manuscrito (escrito o copiado a mano) Incluso la encuadernación artesanal de sus tapas contaba con artísticas decoraciones de orfebrería.

En la antigüedad las tapas tenían diseños en oro y piedras preciosas, tapas de marfil, seda y terciopelo. El objeto-libro (más allá de su contenido) era una auténtica obra de arte. Ya a fines de la Edad Media, en épocas de Gutemberg, se había propagado el encuadernado en cuero, de un costo menor. Podríamos decir que había tantas enunciaciones como ejemplares de libros. Cada ejemplar de un mismo libro tenía algo personal, guardaba las huellas de un artesano que, al transcribir, interpretaba a su modo el original y lo reescribía con un estilo propio.

Una característica unida al libro desde sus comienzos fue la de la inclusión en él de imágenes, que servían, en algunos casos, como apoyo o explicación del texto, pero que, en otros, tenían una finalidad puramente estética. En efecto, en muchas ocasiones, el escriba que copiaba a mano los libros incluía adornos o ilustraciones que servían para separar distintas partes, secciones o capítulos del texto o para embellecer o amenizar su lectura. Posteriormente, con la introducción del grabado a partir de planchas de metal o madera, muchos autores, añadieron ilustraciones a sus libros, imágenes que se convirtieron en algo más que meras extensiones del texto.

La imprenta logra producir varios ejemplares iguales en un mismo proceso de enunciación. Por eso la imprenta es un recurso repetidor. Reproduce, copia, difunde un texto sin alteraciones. La imprenta confirmó y amplió la abstracción visual del lenguaje que había aparecido con la escritura, porque permitió que cada persona se conectara directamente con el mensaje. Antes de la imprenta, los pocos ejemplares elaborados a mano, permanecían en sitios privilegiados. No había posibilidad de que la gente conservara el ejemplar, para releerlo, retomarlo, manejarlo, marcarlo, etc. Con la imprenta, permitía que la gente lo leyera en la intimidad y en forma aislada.

La imprenta es un recurso uniformemente repetible. Pero además, proporcionó la primera “mercancía” en comunicación, o la primera producción en masa. La cantidad de ejemplares que podían producirse se multiplicó. Es cierto que no se trata de los millones de espectadores que consumen hoy cualquier mensaje masivo. Pero para la conformación social de ese momento, el libro dejó de ser propiedad de unos poquísimos nobles y académicos y comenzó a difundirse entre la clase comercial y burguesa.

También se modificó la recepción. Antes de la imprenta, había pocos ejemplares de libros, porque era larga y costosa la reproducción. La gente debía reunirse en torno de un lector o vocero y escuchar junto a otros la información. Pero la información estaba afuera, en otra parte, en los lugares públicos, en la voz de una persona y en presencia de otros.

Juglares, Ministriles y Trovadores

Antes de la imprenta, desde épocas muy remotas, las noticias sociales, en especial las gestas y hazañas de los héroes nacionales circulaban en forma de narraciones poéticas cantadas y eran difundidas de ciudad en ciudad a través de los Juglares. Estos personajes se relacionaban con otros artistas callejeros como adivinos, actores y acróbatas. Con mayor prestigio social se encontraban los Ministriles, especies de ministros encargados de componer un acompañamiento musical de los relatos de los juglares, ya que la única difusión de la poesía y las noticias se hacía a través del canto.

Los trovadores (trovar = inventar, hallar encontrar)inventores de relatos, aparecieron recién a fines del siglo XI y se extendieron en el sur de Francia, el norte de España e Italia allí donde era entendible la lengua provenzal con la que se expresaban. Eran poetas compositores líricos (en este caso autores de letra y música a la vez) y han influido sobre la literatura posterior de casi toda Europa, en especial por su repertorio amoroso y su elogio a un ideal de mujer. Al igual que los periodistas, los trovadores proponían modelos sociales respetable, elogiaban a los príncipes, el orgullo nacional, incitaban en verso a las cruzadas y tomaban partido en las disputas políticas. Algunos trovadores componían sus poemas cantados pero se servían de Juglares para la interpretación de los mismos, tanto en la voz como en el acompañamiento instrumental. Luego, si un Juglar había aprendido el arte de componer y tenía genio creativo, podía elevarse al rango de Trovador.

Condiciones de la aparición de la imprenta.

Si un invento como el de la imprenta apareció en esta época y no en otra anterior no se debió en absoluto a una casualidad, sino a una serie de circunstancias que favorecieron e hicieron posible su descubrimiento. Estas circunstancias fueron:

a) Aumento de la demanda del libro gracias a una mayor alfabetización de la población, al papel de las universidades y centros de estudios, a las inquietudes religiosas de la época y a la curiosidad e interés por la investigación del hombre renacentista.

b) Incremento del poder adquisitivo de los europeos, que se beneficiaban de las nuevas rutas comerciales abiertas y en plena expansión. La imprenta también se beneficiaría de las rutas comerciales europeas para su difusión por todo el continente.

c) Avances en los conocimientos sobre metales y sus aleaciones, que permitieron encontrar las fórmulas adecuadas para la fabricación de punzones y matrices, así como las tintas capaces de imprimir sin engrasar el papel o traspasarlo.

d) Aparición de la industria del papel, que comienza a vencer al pergamino desde 1350. El pergamino era muy grueso para poder ser utilizado con facilidad por las prensas y no era lo suficientemente plano para que la impresión se hiciera bien. Por otra parte, al multiplicarse vertiginosamente el número de libros se habría llegado en poco tiempo a la extinción de las especies que abastecían el mercado de pergaminos.

e) Cambio en la mentalidad del hombre, en el concepto de ciencia, que se hace más amplio y experimental y en los métodos de trabajo que ahora permiten el ensayo y la experimentación en busca de nuevas metas.

LA IMPRENTA GUARANÍTICA

“La aparición de la imprenta en el Río de la Plata es un caso singular en la historia de la tipografía después del invento de Gutemberg. No fue importada: fue una creación original. Nació o renació en medio de selvas vírgenes, como una Minerva indígena armada de todas sus piezas, con tipos de su fabricación, manejados por indios salvajes recientemente reducidos a la vida civilizada, con nuevos signos fonéticos de su invención, hablando una lengua desconocida en el viejo mundo, y un misterio envuelve su principio y su fin.

Es hoy un hecho comprobado que en las Misiones jesuíticas del Alto Uruguay y del Alto Paraná se iniciaron al finalizar el siglo XVII los primeros trabajos para plantear la imprenta, y que en los primeros años del siglo XVIII se comenzó a imprimir allí, en una tosca prensa construida con maderas de sus selvas vírgenes, con caracteres fundidos en ellas y en planchas de cobre grabadas a buril por los indios neófitos, salvajes domesticados por los padres de la Compañía de Jesús. Así lo atestiguan varios libros, profusamente ilustrados algunos de ellos, que tenemos a la vista, y que han permanecido por largo tiempo como jeroglíficos mudos de la tipografía americana -cuando no totalmente desconocidos- para los bibliógrafos de ambos mundos.”

En 1705 terminó y dio a luz la imprenta guaranítica su primer libro, que lleva el siguiente título, copiado a la letra de la edición original:

“DE LA DIFERENCIA ENTRE LO / TEMPORAL Y ETERNO / CRISOL DE DESENGAÑOS, CON LA ME- /MORIA DE LA ETERNIDAD, POSTRIMERÍAS HV- / MANAS Y PRINCIPALES MISTERIOS DIVINOS, por el / P. Ivan Eusebio Nieremberg /de la Compañía de JESUS / y traducido en lengua guarani / por el Padre / Joseph Serrano / de la misma Compañía / dedicado a la Magestad del Espíritu Sancto. / Con licencia del Ecelentissimo Señor D. Melchor Lasso de la Ve- /ga Porto Garrero, Virey, Governador, y Capitán General del Peru / Impreso en las Doctrinas. AÑO DE M. D. CC. V.

A pesar de los monumentos tipográficos que atestiguan la existencia de la imprenta en las misiones jesuíticas del Paraná y del Uruguay, desde el comienzo del siglo XVII, ella era no solamente ignorada por el mundo bibliográfico, siglo y medio después de su establecimiento, sino que algunos la negaban o la consideraban como un hecho aislado y clandestino; y hasta las mismas autoridades españolas, en 1784, diecisiete años después del extrañamiento de la Compañía de sus dominios, parecían ponerlo en duda, o por lo menos, no tenían plena conciencia de él.”

Faltaba la prueba material de existencia de la imprenta misma, que sólo podía darla el hallazgo de sus primitivos materiales. Ésta la suministra, y acabada, una carta encontrada entre los papeles del administrador temporal de las Misiones después de la extinción de los jesuitas, la que original existe en nuestro archivo, y dice así:

"Muy señor mío: A la de Vd. de 28 noviembre último, sobre el encargue que hace a Vd. Su Excelencia de que solicite en el pueblo de Santa María la Mayor, u otros, si existiese o no algunos caracteres, muebles o utensilios, que aquí hubo en tiempo de los expatriados, digo: que habiéndome informado el Teniente Gobernador don Gonzalo de Doblas, me dize: que en el tiempo que permaneció en dicho pueblo de Santa María, tuvo ocasión de examinar, con todo cuidado y prolixidad, cuando allí hay, y que efectivamente hubo imprenta en aquel Pueblo de la que solo existen los fragmentos de la prensa, que era de madera muy mal construida y al presente hecha pedazos, y que en el almacén havía una corta cantidad de caracteres de estaño que ocuparían como medio celemín y como cosa de ningún valor ni provecho los iban gastando en remendar fuentes y platos de estaño. Con esta noticia he dado orden para que sí aun existen algunos de estos caracteres, me lo remitan, de lo que avisaré a Vd. para que lo comunique a Su Excelencia.
Nuestro Señor guarde a Vd. muchos años. Desta de Candelaria y Henero 16 de 1784. B. V. M. de Vd. su atento y seguro servidor: Francisco Piera. Sr. don Juan Angel Lazcano".

Los restos de la imprenta guaranítica, encontrados en Santa María la Mayor, existen actualmente en el Museo Nacional.


Rosario López de Prado en: http://www.portalplanetasedna.com.ar/la_imprenta.htm

“Imprenta papel y libros” en: http://www.educar.org/inventos/libro.asp

“Orígenes de la imprenta en Argentina” en: http://www.planetariogalilei.com.ar/ameghino/obras/mitre/imprenta.htm

Diccionario Oxford de la música de percy a scholes-Edhesa/Hermes/Sudamericana-Primera edición: Buenos Aires

“Teoría de la comunicación”, Gabriela Cicalese, la crujía, editorial Stella

El periódico

En la actualidad el poder de los medios masivos de comunicación es un tema muy habitual y que despierta grandes polémicas. A partir de la gran ola de invenciones del siglo XVIII somos testigos de una gran aceleración tecnológica respecto de siglos anteriores. Mientras que ciento cincuenta años distancian la invención de la imprenta en relación al periódico, hoy suceden sólo días para pasar de un invento a otro. Las competencias crecen día a día y la vertiginosidad del tiempo se acelera conjuntamente con el avance tecnológico. Pero esta problemática empieza gestarse tiempo atrás, cuando la consolidación, aceptación y accesibilidad en la cultura de los primeros medios de comunicación, impulsan al hombre del siglo XIX a cuestionarse los efectos e influencias que dichos medios generan - o no - en la sociedad. Y en esto el periódico tiene un rol protagónico.
Para poder entender esta velocidad de cambios inevitables, es fundamental remitirnos a los orígenes e investigar cuáles fueron los primeros propósitos con los que se pensó el surgimiento – en este caso – del diario.
En primer lugar, denominamos prensa escrita al conjunto de publicaciones impresas en papel, de tirada diaria o periódica, destinadas principalmente a difundir información o noticias. La prensa diaria se distingue justamente por su periodicidad de salidas, tal como la define etimológicamente el diccionario (“de todos los días”). Ya que los periódicos empezaron como registros de sucesos contemporáneos (journales), esta profesión comenzó a llamarse journalism, que en el castellano se traduce por periodismo.
Para conocer la historia del diario, debemos remontarnos a épocas muy antiguas, donde no se contaba con los avances en la tecnología que tenemos en la actualidad. Sabemos que en las comunidades la oralidad siempre fue anterior a la escritura (surgida esta útlima alrededor del año 3500 aC.)
Durante la Edad Antigua, fueron utilizados distintos tipos de soportes: cortezas de árbol, varas de madera, papiros, pergaminos, etc. Hacia la Edad Media, la práctica escrita pasó a manos de los monjes en los monasterios mediante la técnica manuscrita en códices (libro escrito a mano), implementándose la lectura en voz alta ya era accesible sólo para unos pocos. 

Más allá del desarrollo de escritura, los primeros cimientos del periodismo nos remiten a Roma desde el momento en que se comenzaron a realizar comentarios, anales históricos y actas, en los que no sólo aparecen leyes sino que también noticias sobre la sociedad, sucesos y comentarios. Estas “cartas informativas”, cuyo contenido constaba de noticias recopiladas y extractadas por la Agencia Veneciana, transmitían las noticias y acontecimientos portuarios y comerciales, propiciando que, a lo largo de toda Europa, el modo de uso de este tipo de publicaciones entrara en boga. Allí es donde surgen las primeras “gacetas” - también en hojas manuscritas- . En el siglo XII, el papel desplaza al pergamino como artículo de importación, surgiendo de esta manera el libro moderno. Además, la invención imprenta de tipos móviles con su practicidad mecánica, contribuyó al auge de este tipo de medio de comunicación, estimulando a los intelectuales a publicar para finalmente conformar la democratización de la lectura. Esto tuvo un gran valor para la creación de los periódicos, puesto que, lo que se aplicó a los libros, también fue válida para aquellos. De esta manera, la prensa escrita apareció bajo forma de hojas sueltas a finales del siglo XV. Esto no sólo permitió la difusión de la imprenta en Occidente y solucionó diversas cuestiones esenciales relacionadas con una mejor impresión, si no también la economizó, volviéndola masiva para la sociedad.
Durante comienzos del siglo XV había en Europa una gran cantidad de lectores que ejercían paralelamente una ciudadanía activa y una gran vocación por el debate de ideas y los asuntos de Estado. Dentro de este marco, en 1622 aparece en Inglaterra “A current of General news” cuya traducción podría ser “Circulación de noticias generales”. Aunque vale aclarar que no existe un lugar y una fecha precisa sobre la aparición del primer periódico a nivel mundial.
Los periódicos tenían en sus comienzos, la función de publicar ideas, generar un espacio de de debate político. Los burgueses aún no habían accedido al poder político, por tanto, necesitaban organizarse y consolidar sus ideas
El periódico surge en principio como una herramienta política utilizada para difundir las ideas de los burgueses durante Revolución Francesa. A pesar de que este medio de consumo fuera popular, no todos los ciudadanos sabían leer, ni contaban con el dinero para comprarlo. Años después, fue censurado por el Rey, quien se oponía a la difusión de ideales que pongan en juego su gobierno y puedan traer una revolución del pueblo en contra suya.
Los avances tecnológicos del siglo XIX abarataron algunos costos, sobre todo al reducir horas trabajo de los obreros para imprimir. Sin embargo, los altos costos en el precio del papel y la impresión llevaron a los editores de periódicos a un autentica crisis financiera, que no se solucionaba aumentando el precio de venta de los periódicos (porque las cifras hubiesen sido muy elevadas y nadie los hubiese comprado) Aparece así una nueva fuente de ingresos para superar la crisis: la publicidad. Esta incorporación revolucionaría completamente los periódicos, dado que aquel primer objetivo de difundir ideas se vería ahora alterado por una nueva finalidad: la comercial. Este recurso será apropiado luego por todos los medios de comunicación masivos de comunicación que aparecieron, hasta la actualidad.
La libertad de prensa se confundiría con la libertad de empresa. Los periódicos, al igual que un comienzo, presionaban ante las autoridades. Pero antes pretendían decir sus  ideas sin censura y garantizar la libertad de informar a la gente. En cambio, luego de la publicidad y su estructura empresaria, los periódicos ponían como bandera esa función social para adquirir beneficios comerciales: bajas en las tasas tributarias, exenciones en el precio del papel, créditos para adquirir maquinarias, etc.
Con  el objetivo de vender aparece la denominada prensa sensacionalista, también llamada popular o amarilla que ya no busca transmitir información sino captar la atención de los espectadores.

Con la incorporación de la publicidad los emisores pasan a ser productores. El medio se transforma en fábrica o empresa. Los receptores son considerados consumidores y clientes. Los contenidos son mercancías o productos de venta. La opinión pública es un nuevo argumento de venta
Así aparece un nuevo estilo periodístico “ El sensacionalismo periodístico es un estilo que intenta intencionalmente exagerar o desorbitar la importancia real de un suceso, bien en cuanto a su forma expresiva o por su presentación tipográfica. La exageración y la hiperbolización desmedida son formas que apelan a la emoción burda para provocar el gancho en el destinatario” C Gonzales Gartland, L Alén y R, Esparis: Lecciones de derecho a la información. Ed Colihue- Bs As, 1993
La prensa popular tiene dos principios básicos: el precio de venta accesible y el relato de interés humano. Se incorporaban entonces a las noticias los sucesos de barrios bajos y los casos policíacos, la farándula y el espectáculo.

Bibliografía

Encinclopedia Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Prensa_escrita [Consulta efectuada el 25 de Agosto de 2007]
http://periodismomundial.grilk.com/hdelpmundial.htm [Consulta efectuada el 25 de Agosto de 2007]
Ong, Walter. Oralidad y escritura. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1993.
Diccionario Larousse. España, Ediciones Larousse, 1991.
Barbier, F; Bertho Lavenir, C. Historia de los medios. De Diderot a Internet. Buenos Aires, Ediciones Colihue, 1999.
1 Orwell, George. 1984. España, Editorial Booket, 1999.
Teoria de la comunciación, Gabriela Cicalese. La Crujía
http://teocoms.blogspot.com/2007/09/licenciatura-en-letras-victoria-alcala.html

El periódico en Argentina 

Sobre la historia del periódico en Argentina debemos distinguir dos períodos: el  anterior y el posterior al  25 de mayo de 1810.
El origen del periódico en estos lados del Río de la Plata lo encontramos con El Telégrafo Mercantil, publicado por Juan Hipólito Vieytes a partir de 1801, o el Correo de Comercio, fundado en 1802 y editado durante algún tiempo por Manuel Belgrano. 

Es posterior a la fecha patria cuando podemos distinguir el nacimiento formal de la prensa argentina: La Gazeta de Buenos Ayres , editada en 1810 por Mariano Moreno en cumplimiento de una orden del primer gobierno patrio, en el cual ejercía la función de secretario. La Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
En su primera edición se afirma lo siguiente:
"¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?... Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gaceta de Buenos Aires".
(Mariano Moreno, Gaceta de Buenos Aires del 07 de Junio de 1810)
La Gazeta tuvo un rol decisivo en la formación de opinión de la sociedad. A través de la misma Moreno enfatizaba dos postulados democráticos: la libertad de pensamiento y la publicidad de los actos de gobierno. Como no ignoraba el alarmante porcentaje de analfabetismo de la población, ordenó que se leyera a pensadores destacados como Rousseau y también el periódico,  desde los púlpitos de las iglesias, lo que puso un poco nerviosos a algunos sacerdotes contrarrevolucionarios. En el prólogo a la obra (Contrato social) decía: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía
Bibliografía:

La historieta: The Yellow Kid

He aquí un personaje por demás significativo, ya que con él puede decirse que arranca el cómic moderno.
En 1895 en el New York World, de JOSEPH PULITZER asomaba una serie de ilustraciones a gran tamaño con el título de "At the Circus in Hogan´s Alley", dibujadas por RICHARD F. OUTCAULT (1863 - 1928) En un escenario de personajes pintorescos y desharrapados aparecía un muchacho asiático, totalmente calvo, con grandes orejas, ataviado con un camisón azul (a partir de 1896 se convertiría en amarillo) en el cual iba escrita una frase impertinente que variaba de una ocasión a otra.
El público comenzó a apodarlo The Yellow Kid conforme iba alcanzando más protagonismo, y ese nombre fue el que finalmente adoptó. A finales del 96 el personaje se trasladó al New York Journal de WILLIAM RANDOLPH HEARST, con el título de "Mc Fadden´s Row of Flats", pero pronto terminó por convertirse en "The Yellow Kid".

La historia del Niño Amarillo describía la pobreza de las calles en medio de una muchedumbre anónima y cosmopolita, y desagradó tanto a la buena sociedad neoyorquina que se inspiró en ella para crear la expresión "prensa amarilla" para señalar peyorativamente el periodismo sensacionalista.
OUTCAULT prosiguió las peripecias de su personaje sólo hasta 1898 pero cuando las abandonó ya había creado un género nuevo: por la repetición de Yellow Kid y la utilización de los primeros bocadillos se le considera el inventor del cómic moderno. Aunque autor de un estilo todavía envarado siempre se ha alabado su agudo sentido de la observación de ambientes y personajes, mientras los críticos reconocen su influencia en el cómic como absolutamente incomparable.
Sitio consultado:

La argumentación

La argumentación, en un sentido amplio, fue ya definida por Aristóteles en la Retórica (una de las primeras obras que reflexiona sobre el tema) como la acción del lenguaje a través de la cual se busca persuadir de algo a una audiencia. Esta audiencia puede estar conformada por una o varias personas, o ser incluso el mismo hablante. Teorías mas recientes indican que la argumentación no solo busca que el interlocutor admita una conclusión, sino que además lo incita a que adopte determinados comportamientos o realice determinadas acciones.

Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte importante de su efectividad en la buena organización de las ideas con las que se pretende convencer o persuadir. De entre las variadas formas con las que se puede manifestar este modo de organizar el discurso, analizaremos la estructura más habitual establecida ya en la Antigüedad por la retórica clásica. Todo texto argumentativo se articula en torno a cuatro partes fundamentales:


1. Presentación o introducción

Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar la atención del destinatario y despertar en él el interés y una actitud favorable.


2. Exposición de la tesis

La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación.

Una tesis puede ser una opinión subjetiva, en el caso de la argumentación informal; en cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación, la tesis tiene que ser una hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis que no se apoye en argumentos racionales no constituye una argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las afirmaciones demostrables científicamente constituyen argumentos válidos en un texto científico-técnico.

Al defender una opinión suele adoptarse una de estas tres posturas argumentativas:


a) Postura positiva: el emisor-argumentador aporta argumentos que apoyan su tesis (argumentación positiva o de prueba).

b) Postura negativa: se ofrecen razones que refutan o rechazan argumentos contrarios al propio punto de vista (argumentación negativa o de refutación).

c) Postura de concesión: se aceptan algunas razones ajenas (concesiones) y se aportan argumentos propios.


3. Cuerpo argumentativo

Una vez expuesta la tesis o hipótesis, empieza la argumentación propiamente dicha. Se trata bien de justificar la tesis con la presentación de pruebas y argumentos variados (argumentación positiva), refutar la tesis contraria, o admitir algún argumento contrario (concesión) para contraargumentar.

Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de estrategias argumentativas. Puede recurrir a las citas de autoridad y a la ejemplificación, a la analogía, a la exposición de las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus ideas, al refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo, resultados estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de posibles objeciones a la tesis adoptada.


4. Conclusión

Se recuerda al interlocutor la tesis, las partes más relevantes de lo expuesto y se insiste en la posición argumentativa adoptada.

Es importante al momento de escribir nuestro texto no incluir más de una argumentación por párrafo e ir encadenando cada idea con el conector apropiado


Busto. Aristóteles, que empezó a estudiar en la Academia de Platón con 17 años, en el 367 a.C., es considerado el más ilustre discípulo de Platón y se sitúa junto con su maestro entre los más profundos e influyentes pensadores de la historia de Occidente. Después de asistir durante varios años a la Academia, se convirtió en el preceptor de Alejandro Magno. Más tarde regresó a Atenas para fundar el Liceo, una escuela que, al igual que la Academia de Platón, fue durante siglos uno de los grandes núcleos de enseñanza en Grecia.

Recursos


SEGUNDA REVOLUCION TECNOLÓGICA: EL TELÉGRAFO



La primera revolución tecnológica la había provocado la imprenta: había modificado todos los mensajes que circulaban en la sociedad: periodísticos, didácticos, científicos, de entretenimientos, ideas religiosas y políticas, leyes. Pero todo lo que el texto impreso proponía, más allá de sus variados contenidos, era un cambio de pensamiento: la lectura aislada, el contacto directo con el mensaje, la narración y distancia con respecto a los hechos, la reflexión.
Cualquiera sea la información, su difusión de un lugar a otro seguía estando acotado por la escasa velocidad en que podían trasladarse los humanos, llevando los papeles y los libros. A principio del s. XIX la velocidad máxima eran los 60km/h a los que lograba circular el tren.

El telégrafo eléctrico fue puesto en funcionamiento en Inglaterra en 1837 (por wheastone y cooke) Un año más tarde el norteamericano Samuel Morse desarrolla el invento y crea el alfabeto de puntos y rayas. Al principio los impulsos eléctricos transmitidos por el emisor quedaban impresos en una cinta de papel en el polo receptor del circuito. Luego fue posible escuchar los sonidos y la decodificación se hizo más rápida.


Hacia 1870 la mayor parte de las ciudades del mundo estaban conectadas por la telegrafía. Por Primera vez la información podía desprenderse de los brazos humanos que la transportaban y podía superar esa velocidad con el telégrafo eléctrico, la información podía ser recibida a kilómetros de distancia en apenas segundos.
La tecnología de la comunicación y la tecnología de los transportes comenzaban a desvincularse. Ya no era necesario un tren más rápido para que la información llegara más rápido.
La telegrafía descontextualizó a la información. Ya no importaba donde ocurriera la noticia, igualmente podía ser publicada y rescatada. Esto ratificó la idea de información como mercancía.
El telégrafo comenzó a plantear en los gobiernos la necesidad de regulación mundial y acuerdos internacionales para su utilización. Esta necesidad se multiplicará luego con la incorporación de las nuevas tecnologías.
El telégrafo sería perfeccionado luego por el teléfono. En 1876, el escocés Alexander Graham Bell fabricó con éxito el Primer teléfono.
El periodismo fue muy despierto a la hora de adaptarse y sacar provecho de estas nuevas tecnologías de comunicación. Pero las tecnologías comenzaban a generar otra situación. Los adelantos y sus aplicaciones comerciales hacían cada vez más grande la brecha entre los países con mayores recursos económicos para explotar las nuevas tecnologías y los países que no tenían acceso a ellos. Así también se amplió la brecha en cuanto a las posibilidades de producir mensajes periodísticos, culturales e informacionales entre los países más ricos y más pobres.
El telégrafo eléctrico fue el primer medio que tuvo rapidez en las comunicaciones, dejando de lado las distancias geográficas para lograr una comunicación instantánea, que fue la base de toda la evolución posterior de las telecomunicaciones. Reemplazaría los sistemas que hasta ese momento se manejaban: palomas mensajeras y personas-correos.
Samuel Morse
Iniciado el siglo XIX, aparece uno de los primeros fotógrafos estadounidenses y reconocido pintor de cuadros que había retratado al presidente estadounidense James Monroe; este pintor fue Samuel Morse, nacido en Massachuset. En cierta oportunidad, Morse trabajaba en un retrato al General Lafayette en Washington, y su esposa falleció en Connecticut. La noticia le llegó a Morse siete días después. Ese período de su vida fue el que lo decidió a lograr hacer realidad la comunicación sin barreras de espacio ni de tiempo entre distintos puntos de la tierra.
En el código Morse se emplean dos señales eléctricas: una corta (punto) y otra larga (raya). Las letras del alfabeto de este código Morse son todas resultantes de una combinación distinta cada una, de esos puntos y rayas.
La S se representa por tres puntos, la O se representa por tres rayas, así es que el conocido mensaje . . . _ _ _ . . . era el envío de pedido de socorro (SOS) o: Save Our Souls (salven nuestras almas)
El dispositivo de Morse está constituido por una estación transmisora y una estación receptora enlazadas ambas mediante una línea constituida por un solo hilo conductor. Los más optimistas resaltaron la renovada capacidad de unificar grandes territorios a partir de una comunicación instantánea. Sin embargo, esta posibilidad también facilitó la creación de grandes centros de poder y administración de países enteros. El telégrafo se convirtió en una forma eficiente de comunicación entre personas de manera que fue rápidamente adoptado como una forma cotidiana de comunicación.
El telégrafo en Argentina
En nuestro medio, cuando el 5 de agosto de 1874 el Presidente Sarmiento inauguró las comunicaciones a través del cable telegráfico transatlántico, el diario La Nación del mismo día, publicaba el comentario siguiente: "Gran fiesta Nacional. Llenos de júbilo anunciamos al pueblo argentino que hasta el último de los villorios de la República se halla desde hoy al habla con todos los países del mundo civilizado. El telégrafo Interoceánico que une desde ayer a la República Argentina con el Brasil, con la Europa, con la América Septentrional, con el Asia, con el África y con la Oceanía, será solemnemente inaugurado hoy, a las 2 de la tarde, en los salones de la casa de Gobierno de la Nación. Esta parte de la América era el único de los extremos del mundo a donde el telégrafo no había aún llegado: la República Argentina, la Oriental y la de Chile se hallan, desde tiempo hace, unidas entre si por el hilo eléctrico, y de hoy en adelante, las pulsaciones del pensamiento humano podrán repercutir, casi simultáneamente, en todas las naciones de la tierra. ¡Gloria al progreso y a la civilización de nuestro siglo!".
En el siglo XIX había dado origen a una revolución de las comunicaciones mundiales en casi todos los ámbitos: administración, diplomacia, negocios, industria, ferrocarriles, periódicos, ejército, sin olvidar el telegrama del simple particular. El telégrafo de Morse creó una industria totalmente nueva que, entre otras cosas, ofreció a las mujeres la posibilidad de ejercer un oficio respetable —telegrafista — fuera del hogar. Para las empresas como para los particulares, el telegrama pasó a formar parte de la vida. Muchas organizaciones importantes tenían su propia oficina de telegrafía.
El público reaccionó favorablemente ya que lo consideraba como una mejoría en la comunicación y vínculo entre las personas. El telégrafo eléctrico fue adaptado rápidamente como un sistema de gobierno, de administración del sistema ferroviario y de comunicación laboral y personal. “La paz y la armonía universales parecen más posibles que nunca antes. Ya que este aparato permitiría la unión mediante un “cordón umbilical” a todas las naciones”
Material desarrollado, compilado y revisado por la educadora Nidia Cobiella (NidiaCobiella@Educar.Org)
http://www.educar.org/inventos/telegrafo.asp
http://www.unesco.org/courier/1999_08/sp/connex/txt1.htm
http://historiadelatecnologia.wordpress.com/
“Teoría de la comunicación”, Gabriela Cicalese, la crujía, editorial Stella

La radio en Argentina

El 27 de agosto de 1920 el radioaficionado Enrique Susini y sus tres amigos César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, a quienes luego se los llamó "Los locos de la azotea" fueron los responsables de la emisión de la ópera Parsifal de Wagner, considerada la primera transmisión radial del mundo (desde las 21 hasta la medianoche), desde el techo del teatro Coliseo de Buenos Aires en la calle Cerrito y Charcas. Por esta razón el 27 de agosto se lo conoce como “El dia de la Radiodifusión”.
Retazos de historia de la Radio en Argentina:
Estudiaban medicina en la Universidad de Buenos Aires y terminaron siendo los responsables de la primera transmisión de radio del país y, dicen algunos, del mundo.
Ya desde 1917 a Enrique Telémaco Susini, Miguel Mujica, Cesar Guerrico y Luis Romero Carranza los llamaban los Locos de la Azotea por las antenas que tenían en las terrazas de sus casas desde que se convirtieron en radioaficionados fanáticos y en pioneros de la radiodifusión argentina.









Ellos fundaron la radio en el país. A las 21 horas del 27 de agosto de 1920, cuando desde el Teatro Coliseo transmitieron la Ópera Parsifal, de Richard Wagner, para que la escucharan los pocos adelantados que tenían en sus casas una radio. Con la transmisión de Parsifal se inauguró también la primera emisora nacional: LOR, Radio Argentina, que tuvo competencia dos años después: LOX Radio Cultura, la primera radio con publicidad.
La pasión de Los locos de la azotea había comenzado 10 años antes, cuando, en 1910, el ingeniero Guillermo Marconi, creador de la telegrafía inalámbrica, visitó la Argentina. En ese momento, Enrique Susini y sus compañeros quedaron deslumbrados por la revolución tecnológica desarrollada por Marconi y no se detuvieron hasta transmitir Parsifal.
Los locos de la azotea vendieron Radio Argentina poco tiempo después, para crear Vía Radiar, una empresa dedicada a las comunicaciones de larga distancia.
En 1930 recibieron la asombrosa suma de 200 millones de dólares por la compañía, dinero que invirtieron en la creación de los estudios Lúminton, pilar del cine argentino en sus mejores años.
Aunque sea Enrique Telémaco Susini el más recordado, los cuatro precursores de la radio hicieron recorridos relevantes en sus vidas profesionales. Susini se recibió de médico otorrinolaringólogo, pero también fue profesor de canto y de violín, y hasta director del Teatro Colón. Dirigió además una película con Lola Membrives como protagonista, “La chismosa”, en 1938. Su sobrino Miguel Mujica era el más joven, también médico, llegó a ser ministro de Comunicaciones durante el gobierno de Arturo Frondizi.
Cesar Guerrico fue un médico de renombre y director de radio Splendid. Y el radiólogo Luis Romero Carranza fundó la primera fábrica de celuloide virgen para cine.

Una vez establecida, la radio argentina fue la primera en utilizar un lenguaje de radio en forma continua, es decir, transmitiendo todos los días a un mismo horario, llevando espectáculos culturales a un público que no tenía acceso a los mismos. Luego comenzaron a surgir otras emisoras no menos importantes, que comenzaron a ofrecer publicidad, y lo primero que empezó a publicitarse fue casualmente la venta de equipo receptores de radio. Al mismo tiempo se implementó la transmisión de espectáculos deportivos como ser combates de boxeo transmitidos en vivo, siendo uno de los primeros, según Pigna, “(...) la famosa pelea entre el campeón argentino Luis Ángel Firpo y el campeón mundial, Jack Dempsey” (transmitida por Radio Cultura desde New York en 1924), programas humorísticos, musicales, de información general y los famosos radioteatros, los cuales marcaron una época gloriosa del panorama cultural argentino, ya que lograron convertirse en una pasión nacional, logrando una gran popularidad.
Además, al decir de Felipe Pigna, “ la radio fue (...) el medio más utilizado por los dirigentes políticos para difundir sus ideas, (...) Hitler, en Alemania, y Roosevelt, en Estados Unidos, estuvieron entre los primeros en recurrir a las cadenas nacionales de radiodifusión para llegar a todos los habitantes de sus países (...).”

Primera transmisión de radio en Argentina


Fuentes:
http://www.siste.com.ar/
http://www.ladedios.com.ar/ladedios2/?q=node/10426
http://lahistoriaysualcance.blogspot.com/2009/02/la-historia-de-la-radio-en-argentina.html